El perro es un animal social y cuando llegue a su nueva casa empezará a establecer relaciones con todos los miembros de su nueva familia. A medida que pasa el tiempo, estas relaciones se irán reforzando o debilitando según nuestro comportamiento con el perro. Pero hay un ingrediente fundamental para conseguir una relación que nos permita disfrutar del perro y tener a nuestro lado un compañero fiel y feliz durante toda su vida. La confianza.
Una relación basada en la confianza mutua es algo que se construye día tras día, sin prisa, con paciencia y respeto.
Claves para crear confianza:
· Adaptación: Debemos ser respetuoso con los tiempos que necesita el perro para adaptarse a su nueva familia, casa, rutinas y normas. Cada individuo tiene sus propias necesidades, respetemos estos tiempos especialmente en perros miedosos y/o sensibles. Para el perro todo es desconocido, por lo que es mejor hacer las cosas poco a poco.
· Aprende su idioma: los perros tienen un lenguaje que utilizan para gestionar las relaciones con otros perros y con nosotros, este idioma se llama “Señales de calma” y lo descubrió una mujer Noruega llamada Turid Rugaas. Si hablamos el mismo idioma, comunicarnos y entendernos será mucho más fácil.
· Rutinas: Establece rutinas para cubrir sus necesidades básicas (comida, paseo y descanso). Poder predecir lo que va a pasar transmite al perro seguridad y tranquilidad. Añade a las necesidades básicas momentos para compartir con tu perro. Momentos de juego, momentos de relax y de descanso.
Recuerda: compartir fortalece la relación y la confianza
· Descanso: Respeta los momentos de descanso de tu perro, si duerme no lo despiertes, ellos necesitan muchas más horas de sueño que nosotros. Despertar a un perro bruscamente puede provocar reacciones adversas y desconfianza hacia nosotros.
· Somos su referencia: Sé el referente de calma y tranquilidad para él, no seas imprevisible. Si notas que está asustado o incómodo, sácalo de inmediato de esta situación. Sin hacer ni decir nada y con tranquilidad. Esto le permitirá verte como una salida a esa situación desagradable y confiar en ti la próxima vez que suceda, ya que has entendido sus emociones.
· Evita que el perro se equivoque: Mientras el perro aprende las nuevas normas de la casa, evitaremos que haga las cosas mal, (pe. No dejaremos a su alcance comida o el cubo de la basura u objetos que pueda destrozar). La idea principal es premiar sus buenas conductas e ignorar las conductas indeseadas.
· No forzar las situaciones: Forzar el contacto físico con el perro o mantenerlo en una situación que lo incomoda o que le provoque miedo o angustia es contraproducente. Abrazarlo, besarlo, o forzar el acercamiento a cosas y personas no siempre corresponde a lo que verdaderamente quiere el animal.
· No lo castigues: El castigo es éticamente reprochable en sí mismo y no enseña nada, sólo pone el animal más nervioso y más inseguro, dificultando que aprenda la conducta correcta. Además y no menos importante, hará que el perro desconfíe y nos vea como imprevisible.
Si tienes dudas sobre su educación o algún problema en concreto acude a un educador canino en positivo, sabrá ayudarte a modificar las conductas indeseadas y a entender mejor tu perro.
Crear la confianza es una de las tareas más importantes cuando llega un animal a nuestra vida, los perros que confían verdaderamente en sus responsables serán compañeros leales y felices de estar a nuestro lado, cooperando en cada momento para que esta relación funcione.
LUDOCAN: Marta Masci
www.ludocan.com
